Click acá para ir directamente al contenido

Lunes 26 de Marzo de 2018

(Opinión) "8 de Marzo: reflexión, reivindicación y protesta"

'Yo no trabajo, sólo me dedico a la casa' Estas son respuestas comunes de mujeres con las que me he topado en mi labor como psicóloga. Pensar que se hace nada no es azaroso, sino forma parte de una respuesta aprendida a partir de los procesos de socialización de género que vivimos a lo largo de nuestra vida, los que van conformando y reproduciendo patrones que en cuya base opera la diferenciación y desigualdad de género; asignando roles, capacidades y valoraciones a cada uno, trenzando prácticas que desde las distintas esferas de la vida individual-social delimitan el destino de lo que significa ser mujer.

La devaluación del trabajo doméstico es una de sus aristas, ese hacer nada es efecto de un proceso socio-histórico profundo y complejo cuyas bases las podemos encontrar, como plantea Silvia Federici, en la constitución del sistema capitalista.

Con la instauración del patriarcado capitalista, la producción de mercancías, se separa de la reproducción de la vida, que siguiendo a la autora, se feminiza e invisibiliza, el trabajo de la mujer no se considera trabajo y se desvaloriza. Dicho proceso articulado con la colonización y sus mecanismos de dominación y disciplina social, se expande a un nivel global, radicalizando las desigualdades, generando efectos que van desde la división sexual del trabajo, precarización laboral, exclusión de la mujer de los espacios políticos y de poder, criminalización de la resistencia, despojo de la toma de decisiones sobre el propio cuerpo, formas diversas de esclavitud y explotación, hasta femicidios.

En este sentido, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora que conmemoramos cada 8 de marzo busca reivindicar la lucha de las mujeres a lo largo de la historia, protestar y preguntarnos, ¿cuánto hemos avanzado como sociedad?

 

María Gloria Cayulef
Académica Escuela de Psicología
Universidad Central sede La Serena