Jueves 24 de Diciembre de 2015
El doctor en Psicoterapia psicoanalítica y profesor de la Escuela de Psicología de Ucentral La Serena, Ignacio Toro viaja todos los años durante un mes a realizar los cursos.
Luego que terminara en el año 2009 su doctorado en la Universidad Complutense, Toro fue invitado por la institución educacional para impartir clases y desde esa fecha hasta hoy el destacado académico viaja una vez al año para compartir sus conocimientos en el postgrado de Psicoterapia psicoanalítica.
¿Cuándo nace en usted la inquietud por educar?
Este gusto por enseñar a otras personas se hace presente cuando estuve en el hospital del Salvador en Santiago; en una unidad de psicoterapia veía como psicoanalistas de institutos realizaban una actividad de enseñanza muy concreta a través de la salas espejos y era muy interesante cómo ellos explicaban lo que hacían desde la teoría. Entonces ahí empieza esa esencia de poder enseñar. Acá en las salas espejos he sido uno de los pioneros en entrevistar a pacientes con los alumnos de quinto año al otro lado.
¿Cómo ha sido esta experiencia en Europa como docente del programa de postgrado?
Es bastante interesante ya que realizo clases a alumnos de toda Latinoamérica y algunos países de Europa y se tiene una visión desde afuera con respecto a lo que es educación. Respecto a mi persona, creo que es un desarrollo profesional constante; es necesario ir actualizándose y mantener cierto nivel para los estudiantes de postgrados, ya que todos son colegas míos. Es un desafío interesante.
Sus clases en España van dirigidas a colegas, pero ¿qué pasa en Chile? ¿Existe interés de parte de los estudiantes de pregrado por continuar estudiando?
Existe interés porque si bien el pregrado los prepara para el comienzo de su vida profesional saben que no abarca las especializaciones que ellos quisieran. Ahora, la realidad de esta zona es que la mayoría de los colegas psicólogos buscan especializarse en Santiago y están dispuestos a realizar sacrificios cada cierto tiempo y sacar sus postítulos o postgrados. Acá en la región no hay muchas ofertas, aunque está el interés y yo lo noto.
¿Cómo ha sido esa retroalimentación con los estudiantes de la Universidad Central?
Ha sido muy buena, me siento muy a gusto con eso y también he intentado que la enseñanza sea bastante genuina. Con esto quiero decir que han llegado pacientes que están sufriendo tristeza, ansiedad, miedos etc. y vemos en el análisis lo difícil que es el ser humano. Ahí se ve más madurez en los alumnos, se dan cuenta que no es fácil y que se requiere de responsabilidad.
¿Cuáles son sus proyecciones como docente?
Creo que es imprescindible generar en la región programa de postgrados y postítulos, tomando en cuenta que hay un gran grupo de colegas que viajan a Santiago con un gasto importante de dinero y un desgaste familiar. Lo veo como un gran desafío. Tenemos un pregrado de buen nivel, pero se vuelve fundamental generar estos programas sobre todo en psicología. El mayor desarrollo que tengo como profesional lo llevo a cabo en España, y acá es muy poco lo que puedo entregar por eso sería interesante contar con ese tipo de programas.
En relación a su experiencia enseñando en el viejo continente ¿cree que se repiten algunos fenómenos psicológicos?
Creo que está esa motivación de hacer mejor las cosas, uno ve la psicología, el sufrimiento humano en distintos contextos, pero también lo ve en países tan diversos. Una vez fui invitado a Suiza a exponer y tuve la suerte de encontrarme con un amigo quien me comentaba sobre los casos que atienden. Entonces me llamó la atención que siendo Suiza un país que tiene salud, educación o imponiéndose como una de las naciones más desarrolladas del mundo etc, entonces me preguntaba ¿qué problemas puede tener la gente aqui?, pero uno ve que el fenómeno psicológico aparece igual, es decir hay gente triste que experimenta la ansiedad y el fenómeno de la soledad.