CNN Chile
Consultado si al término del cónclave podría haber una definición más concreta y específica de lo que significa el mensaje del “realismo sin renuncia” que esbozó la presidenta hace algunas semanas, comentó que “fundamentalmente, creo que lo de hoy día tiene una carácter más ritual, más de símbolo. No es primera vez que esto ocurre sino en los gobiernos anteriores –desde Aylwin en adelante– había un momento en que la coalición de gobierno intenta resolver adecuadamente sus problemas de gobernabilidad interna […] y por tanto esta reunión de hoy, lo que va a tener como objetivo es poder generar esa gobernabilidad interna. En segundo lugar, por cierto que va a haber un intento de priorizar algunos temas que son claves para poder gobernar en los próximos seis meses reales de gobierno, porque recordemos que de aquí a febrero el gobierno va a tener capacidad efectiva para poder impulsar proyectos, pero de marzo en adelante comienza una lógica en la que el gobierno va a tener que estar muy sometido a la modalidad que va a intentar abordar el desafío de las elecciones municipales que vamos a tener hacia fines del próximo año”.
Anunció que con ello “comienza el ciclo electoral: primero elecciones municipales y después en 2017 las presidenciales y parlamentarias, por lo tanto la capacidad de poder impulsar proyectos va a estar muy acotada a los próximos meses. De allí la urgencia del gobierno de producir este alineamiento interno. No creo que se definan grandes definiciones estratégicas, porque es difícil que en 5 o 6 horas resolver los nudos más claves y el gobierno no creo que llegue a discutir allí lo que va a hacer”.
También señaló que cree que se “va a mantener buena parte de la ambigüedad del programa de gobierno y se va a centrar el foco respecto de la reforma tributaria, la educacional y el tema laboral, pero no creo que haya aquí un despliegue muy extenso de acciones que vaya a realizar el gobierno, porque el principal objetivo yo creo que tiene que ver con cómo generar mayor cohesión, particularmente cuando la presidenta ya no cuenta con el apoyo que tuvo el año 2014, sino que hoy tenemos una presidenta bastante disminuida en términos de su aprobación en las encuestas –menos del 30%– y por tanto los partidos políticos y los parlamentarios juegan un rol muy importante y el gobierno a lo que le tiene miedo de verdad es al resurgimiento del ‘discolaje’ que en la primera administración de Bachelet fue bastante complicado porque le impidió avanzar en los proyectos más importantes de su administración”.
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