Thomas Griggs, director Aseguramiento de la Calidad
Desde abril del año pasado, se ha estado trabajando en un proceso intenso, que se ha caracterizado, por sobre todas las cosas, por su carácter participativo, donde se han involucrado académicos, estudiantes, directivos, egresados y empleadores. En ese sentido, el proceso reflexivo que llevaron a cabo las comisiones de autoevaluación, estuvo marcado por la alta convocatoria y por los productivos aportes que hicieron estos actores en torno a la tarea de evaluar el quehacer institucional.
Las comisiones de autoevaluación, a diferencia de lo que habían sido los procesos de acreditación anteriores, estuvieron lideradas por los decanos, lo que permitió acercar la autoevaluación a las facultades, permitiendo una revisión mucho más cercana a la realidad de las unidades académicas.
Asimismo, el trabajo reflexivo que llevó a cabo la comunidad institucional y que convocó directamente a más de 80 colaboradores, permitió generar un espacio de diálogo entre distintas unidades académicas, tanto de la sede Santiago como de la sede La Serena, haciendo crecer el espíritu de comunidad necesario para desarrollar cualquier proyecto de educación superior.
La universidad enfrenta en este proceso de acreditación dos grandes desafíos: acreditar por primera vez el área de Vinculación con el Medio y lograr una acreditación institucional igual o superior a 4 años.
Para lo primero, la universidad ha desarrollado desde sus orígenes diversas acciones que la vinculan y relacionan con el entorno en el que se inserta. Sin embargo, esas actividades no se habían estructurado ni sistematizado en torno a una política ni un modelo común. No se habían registrado de manera periódica ni tampoco se había evaluado la contribución que esas actividades hacen al proceso formativo de sus estudiantes. Hoy, gracias a las acciones emprendidas desde casa central y las propias facultades, la universidad tiene una realidad completamente distinta, y desde hace más de 3 años que se ha estado implementado un modelo de gestión integrado de Vinculación con el Medio que permite aglutinar todas las actividades bajo una lógica común, orientándolas hacia el logro de la misión institucional.
Respecto del segundo desafío, acreditar a la universidad por cuatro años o más, la institución ha estado realizando, desde su anterior acreditación, múltiples acciones que le han permitido superar las debilidades detectadas por la Comisión Nacional de Acreditación y avanzar hacia su plena consolidación. Una misión ajustada, un plan estratégico corporativo alineado con los planes de facultades y sede, más actividades para el seguimiento de egresados, más investigación, mejor docencia, entre otras, dan cuenta del compromiso que tiene la Universidad Central con la mejora continua y el aseguramiento de la calidad.
Todo lo anterior nos permite enfrentar con optimismo la próxima acreditación institucional. Estamos seguros que la Comisión Nacional de Acreditación sabrá reconocer los logros alcanzados por la universidad y, especialmente, el aporte que hace la Universidad Central al desarrollo del país.