Viernes 26 de Febrero de 2016
Revista Qué Pasa
Este es un año electoral y en las municipales de octubre probablemente se ponga en juego el futuro de la Nueva Mayoría. Conglomerado que, por lo demás, nació bajo el amparo del programa presidencial. Por ende, pese a la siempre lejana actitud que la mandataria tiene con los partidos políticos, en algo al menos se siente responsable: en saber si su proyecto político tendrá o no futuro tras 2017. Por ello, concuerdan analistas, la mandataria parte pidiendo disciplina y orden, porque sabe que en estos dos primeros meses- marzo y abril- se discutirán dos polémicos proyectos que han tensionado severamente las relaciones oficialistas: la reforma laboral y el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en tres causales.
El cientista político de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, sostiene que para Bachelet es importante haber llegado intentando poner orden en la casa: “Hay un intento del gobierno de mostrar la implementación de las reformas, particularmente educación con la implementación del subsidio escolar gratuidad. Esto refleja la búsqueda del posicionamiento del gobierno después de la promulgación de algunas leyes y la implementación de ellas. En marzo y abril viene una agenda con aspectos controversiales dentro de la coalición. El tema laboral, aborto son dos polémicas que están instaladas dentro de la coalición y necesita orden interno para aprobar estas reformas. Es bien consistente el llamado a la disciplina en este contexto”, expresa.
Por otro lado, el decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, apunta derechamente al factor electoral para este giro que está mostrando el gobierno con una presidenta más activa y algo más empoderada: "Son dos años donde se juega el destino electoral del pacto de gobierno que ella constituyó como Nueva Mayoría. Y el esfuerzo que hará Bachelet estos dos años es cómo asegurar la mantención de la coalición. Por lo tanto, está mostrando las reformas que ha logrado concretar, sobre todo en lo que es la reforma educacional y por ello ha centrado sus actividades en eso y seguramente va a seguir mostrándola en los próximos meses”, plantea, agregando que dentro de ese contexto también está el intentar hacer ver una presidenta más distendida y más relajada en el cumbiero baile del jueves.
Moreno es de la tesis de que en este renovado marco, Bachelet es probable que lleve a cabo prontamente un cambio de gabinete, en orden a colocar figuras más políticas y mediáticas en su entorno que sean capaces de visibilizar los logros. “Apuesto por un gabinete electoral. No me extrañarían nombres como por ejemplo Francisco Vidal. Gente con experiencia política que permita hacer posible cosechar los frutos que se fueron sembrando estos dos años en las reformas emblemáticas como la educacional. Ahí están los caballitos de batalla del gobierno para mostrar que las reformas llegan a la gente. Y para eso necesitas gente que tenga capacidad de mostrar. No sirve para eso Eyzaguirre, ni sirve Burgos que está absolutamente fuera del gobierno hace rato, sin ningún compromiso con el gobierno”, explica el académico.
El cientista político sostiene, además, que aún está a tiempo de repuntar y que no necesariamente puede ser demasiado tarde para ello: “Está a tiempo de repuntar, porque los dos últimos años son donde se pueden ver los logros de las reformas importantes donde tiene más capital político. Tiene tempo aun para mostrar los resultados de esas reformas con fines también electorales.
27 F: Nada que perder
Muchas dudas tuvieron la presidenta, y sus asesores más directos, respecto a que si era o no recomendable que aceptara alguna de las invitaciones que tenía para visitar la zona más afectada por el terremoto y maremoto del 27-F de 2010. Hasta el día jueves la visita de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dificultaría la intención de viajar al sur. Podía ser tomada también como la excusa perfecta para no ir a terreno. Sin embargo en horas de esta mañana Presidencia informó que Bachelet había cambiado de opinión, información que fue confirmada por la vocera (s) Javiera Blanco minutos después. Eso sí, hasta esta hora, aún el destino es un completo misterio. Todo ello para evitar protestas o algún hecho que pueda empañar la asistencia de Bachelet.
Bachelet decide ir y enfrentar a la gente. Quizás tomando nota de algunas críticas emanadas del propio oficialismo que decían que estaba encerrada en el Patio de los Naranjos por un grupo de asesores.
Así, esta primera semana de Bachelet tuvo un llamado a ordenar la casa, un intento por mostrar logros, un baile, una agenda internacional con la visita de Dilma Rousseff, un encuentro con el ex presidente Sebastián Piñera invitado al almuerzo que se le hizo en honor de la mandataria brasileña y culminará con una visita en terreno a una de las zonas más golpeadas por la catástrofe del 2010, en donde hará un balance de las obras de reconstrucción. No desde el Palacio presidencial, sino que ahora desde el lugar de los hechos.
Una presidenta más distendida, algo más relajada. Con menos peso que el año pasado cuando volvió en medio del estallido del caso Caval. Habrá que ver, ahora sí, cuánto dura este mejor estado anímico. El lunes vuelven los presidentes de la Nueva Mayoría a La Moneda. Y nunca se sabe qué pueda pasar cuando salgan de la primera reunión de comité político. Siempre es una incógnita.
Fuente: www.quepasa.cl