Miércoles 12 de Junio de 2024
El país se encuentra profundamente desconcertado por la baja calidad del debate político, frente a la existencia de grandes problemas que permanecen prácticamente desatendidos a los ojos de la ciudadanía. Se ha mencionado hasta el cansancio los retos relativos a las bajas pensiones, la falta de recursos en salud y educación, la existencia de una inmigración ilegal descontrolada, la presencia de una alta tasa de delitos mayores y la intensa penetración del narcotráfico, entre muchos otros problemas. Ante esto se percibe una notoria lejanía de la política respecto de las ansias ciudadanas, lo cual se intenta recuperar sobre la base de anuncios y del desarrollo del sistema eleccionario.
Pero esto último no ha tenido resultado, como fehacientemente lo prueba la muy baja participación en las pasadas elecciones primarias, y en el poco atractivo de las campañas para las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores. Esto acomoda aún más a la clase política que no muestra incentivos para atraer una mayor convocatoria sobre a base de propuestas significativas ante las demandas ciudadanas.
El Gobierno ha adelantado una cadena de anuncios sobre temas que no convencen respecto de fundamentos programáticos. En realidad, se percibe que no existe un programa de gobierno para enfrentar los dos años siguientes de la presente administración. Frente a esto, se exhiben los pobres resultados que muestra el país en materia de crecimiento, inversión doméstica, productividad laboral, endeudamiento externo, déficit público, estancamiento del desempleo, etc. Frente a esto no se percibe la existencia de una estrategia que otorgue alguna conformidad a las expectativas ciudadanas en muchas de las materias nombradas. Un nuevo debate sobre el aborto, por ejemplo, poco adiciona a una población que está esperando contar con mejor seguridad en sus barrios y con mayores oportunidades económicas y sociales.
El otro lado de la medalla es la oposición. No se percibe tampoco por parte de este sector un programa, algunos lineamientos que puedan marcar la acción respecto de los problemas mencionados. ¿Qué se postula, por ejemplo, en materia de seguridad, inmigración ilegal y narcotráfico? ¿Qué postula la oposición en materia previsional, sino seguir tal y como estamos frente a la inviabilidad de un sistema de pensiones con sustentabilidad social? Y lo mismo respecto de salud y educación, en que no basta con expresar la preocupación por la débil gestión y la falta de recursos, sino también desarrollar una propuesta, En definitiva, no es oposición el solamente mostrar disposición a negociar sobre las propuestas del gobierno o dar a conocer la oposición a ciertas medidas o estrategias. Debería serlo el contar con una propuesta que a ojos de la ciudadanía, permita contrastar ideas para un pronunciamiento.
El país profundiza su desorientación ante la ausencia de propuestas y programas para enfrentar las serias circunstancias que afectan su presente y que sin duda alguna se proyectarán hacia el futuro. El país necesita recibir ideas programáticas sin con ello recurrir necesariamente a la profundidad técnica de ciertas elaboraciones, sino simplemente postulando las acciones esperadas y los resultados de las mismas a distintos plazos. El país se aburrió de escuchar generalidades, declaraciones de intención y discursos vacíos de contenido. Parece indispensable generar un conjunto de postulados que pongan los pies en la tierra, devuelva a la política un sentido de realismo y compromiso y permitan que las opciones ciudadanas puedan solventar el grave desconcierto por el que actualmente transita Chile.
Publicada originalmente en Diario Estrategia.