Martes 17 de Enero de 2023
La canasta básica de alimentos registró una nueva alza esta semana. El académico de la Universidad Central, Osvaldo Segovia, advierte que “en la medida en que se hace más cara, menos posibilidades tienen las familias con menos ingresos y más necesidades de poder satisfacer sus requerimientos”.
El aumento en los valores de la canasta básica de alimentos no se ha detenido. Según la última actualización entregada por el Ministerio de Desarrollo Social, el indicador se encuentra en $64.407, un alza de $14.170 si se compara con el año anterior. Aunque si bien diciembre tuvo un aumento leve en relación a noviembre, 1,3% versus 3,6%, anualmente se incrementó en 28,2%.
De acuerdo con información de la División de Observatorio Social de la Subsecretaría de Evaluación Social, durante el último mes de 2022 hubo un alza en el 82% de los 79 productos que componen la canasta como el limón, la manzana, el choclo congelado y la papa de guarda, que mostraron variaciones mensuales de 24,9%, 17,7%, 6,3% y 5,6%, respectivamente.
El académico de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Central, Osvaldo Segovia, explica que la canasta sirve para “revisar los hábitos de consumo de los hogares y chilenos y determinar la línea de la pobreza (…) el valor es determinado a partir del gasto y analizando la variación del IPC en cada producto”. Añade que considera la cantidad de calorías diarias mínimas que debería consumir una persona “fijando 2.000 en promedio”.
El experto plantea que el aumento en los valores tiene relación a, al menos, dos factores externos: “El rezago de los efectos de la pandemia que ha motivado sin duda una subida en la inflación internacional de las economías más grandes”.
Otro punto, indica, “se relaciona con el alza en el precio del petróleo. Más o menos el 70% de los productos que son consumidos en Chile son exportados y un elemento importante ahí es el transporte. Si bien es cierto que el dólar ha caído, el precio del petróleo sigue en un umbral alto y ese gasto en el consumo de combustible se traspasa finalmente a los productos”.
Segovia afirma que “en la medida en que la canasta se hace más cara, menos posibilidades tienen las familias con menos ingresos y más necesidades de poder satisfacer sus requerimientos de alimentación y empieza a aumentar la extrema pobreza”.
De hecho, el indicador de la Línea de Pobreza y de la Línea de Pobreza Extrema alcanzaron valores de $218.126 y $145.417. Esto se traduce en una variación mensual para ambas en diciembre de 0,6% y de 17,3% en los últimos 12 meses.