Miércoles 5 de Octubre de 2016
Cuña del decano Marco Moreno en el diario El Pulso
Ayer, la mandataria volvió a abordar la preocupación de que este 23 de octubre se repita un cuadro como el colombiano, o incluso, como el que se vivió en los comicios de 2012, cuando en pleno debut de la inscripción automática y el voto voluntario se alcanzó un 60% de abstención.
"La opinión de ustedes es importante en las elecciones municipales porque no da lo mismo quién sea alcalde o concejal, y está en sus manos elegir buenas autoridades", expresó Bachelet.
Las aprensiones de la jefa de Gobierno se sostendrían en cifras. Además del resultado de las elecciones de 2012, en las pasadas primarias de julio sólo un 5,5% del padrón habilitado concurrió a votar. En 2015, el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral situó a Chile como el país con la menor tasa de votación ciudadanos entre las naciones con democracias estables, luego de que en las presidenciales de 2013 un 58% no asistiera a votar.
Ante esta perspectiva, expertos plantean que el cuadro no entrega señales de mejora. "La encuesta CEP dice que hay 27% que dice que irá a votar, pero normalmente la gente que declara eso es porque es mal visto no ir a votar. Eso puede traducirse nuevamente en el 40% de participación de hace cuatro años atrás y eso es muy malo", detalla Sergio Micco, coordinador del Magíster en Ciencia Política de la U. Chile.
El académico de la Facultad de Gobierno UDD, Gonzalo Müller, advierte que "esta profecía autocumplida de la abstención ya ocurrió en 2012, se ratificó en 2013, de manera durísima. Ese terremoto ya golpeó a la clase política y hoy día se puede agravar, puede ser que lleguemos a cifras en torno al 35% de participación".
Frente a esto, el decano de Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, plantea que es probable que "la baja electoral sea usada tanto por el oficialismo como por la oposición para cargar las responsabilidades en el Gobierno, por los malos resultados que ha tenido su gestión y porque el nuevo escenario que establece las reglas del juego electoral, de financiamiento, ha hecho que estas campañas sean bastante invisibles. Y el Gobierno un poco, reaccionando a esta posibilidad cierta – que debe mostrarse las encuestas internas- está de alguna forma adelantándose a un cuadro negativo que podría ser todavía más complejo si la aprobación se mantiene o baja".
"El Gobierno busca detener con estos llamados a participar, porque lo que puede estarse provocando es que haya una fuerte crítica, no sólo de gestión del Gobierno, sino ante la despolitización de la gente ante su deficiente manejo", agrega el académico.
Müller argumenta que "si esta sensación de mala evaluación del Gobierno se traduce en una derrota política electoral, creo que lo que viene en la Nueva Mayoría van a ser pasadas de cuenta múltiples entre los parlamentarios, que se van a asustar. O sea, va a haber una búsqueda de culpables rápidamente esa misma noche, porque si hay algo que corre muy rápidamente es el terror electoral, cuando la mala evaluación se traduce en derrota".
Mauricio Morales, director del Observatorio Político Electoral UDP, afirma que "el peligro para el Gobierno, más que una caída de la participación, está en perder el control de algunas comunas relevantes como Santiago".
No obstante, desdramatiza lo que se venga tras las elecciones y recalca: "Hay democracias con alta participación y con altos niveles de identificación con partidos donde la democracia no se caracteriza por altas dosis de estabilidad".
Fuente: www.pulso.cl