Lunes 13 de Febrero de 2017
Entrevista al decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, Marco Moreno
¿Qué revela el problema de refichaje que están teniendo los partidos políticos?
Lo que pasa con los partidos es resultado de la desconfianza y de la crisis de las instituciones políticas. Y si la política está con problemas, no podía ser que los partidos aumentaran su número de militantes. Es una cuestión contradictoria.
Hay una falta de sinceramiento del sistema y de los políticos en relación a esto. Si la política funciona mal y hay problemas en ese sentido, no se puede esperar que los principales actores del sistema, que son los partidos políticos, estén bien, ni que la gente vaya corriendo a inscribirse a los partidos políticos.
Existe una cuota de cinismo de todos los actores. Se actuó precipitadamente en relación a las leyes de probidad, entre ellas el refichaje de los partidos, en el sentido de decir después arreglamos la carga, pero se vino encima el plazo, y varios partidos no han alcanzado la reinscripción que requieren para ser un partido a nivel nacional.
¿Fue un problema de oportunidad de la ley? Porque el estado actual de los partidos no dejaba margen para postergar una reforma de este tipo.
Debió ser una reforma de verdad, porque si tú asumes que la política tiene problemas, que las personas se están distanciando de la política, y en ese contexto, cómo eso se iba a expresar en que las personas quisieran militar en los partidos políticos.
Ahí es donde veo una actitud cínica, de este estilo anestesiado de hacer política. Es decir, no va a pasar nada, sigamos con lo que estamos haciendo, demos la señal de que queremos cambiar esto, pero con la premisa de que después lo arreglamos, y ahora ya se vencen los plazos.
¿Cuáles son los riesgos de que partidos como el PPD o los radicales no puedan constituirse?
De no llevar a Lagos a la primaria, igual que el Partido Radical. Estos son los dos únicos partidos que tienen precandidatos formalmente proclamados, y podrían encontrarse con que son partidos no constituidos legalmente en todo el país, y eso les provocaría dificultades para participar en una primaria. En esto, la Nueva Mayoría tiene un grave problema.
Pero Guillier es independiente. El podría participar apoyado por otra colectividad, como el PS o la DC.
El problema es que no sé si José Miguel Insulza o Fernando Atria permitirían algo así a menos de 60 días que se cumpla el plazo. Esta es una operación política compleja.
¿En qué puede terminar todo esto? ¿En que se dicte una ley exprés para bajar el número de inscritos que exige la ley?
Sergio Bitar planteó la necesidad de extender el plazo, y en los partidos han señalado que esa opción está absolutamente descartada.
Pero este no es un problema de plazos. La complejidad está en que las personas no quieren militar en los partidos políticos.
Hace mucho tiempo que las personas tomaron la determinación de no militar en los partidos políticos. Querer ver algo distinto es mero voluntarismo, es más bien un deseo. La realidad no se equivoca, y en este caso muestra que la política dejó de ser el centro de su vida para la gente. Hubo una desacralización de la política, y por lo tanto, las personas no están motivadas hoy a militar en los partidos políticos.
Lo que hemos tenido es un intento de regular esta situación con las leyes de probidad y transparencia, pero quedó demostrado que no basta con esas normas, sino que se requieren cambios más profundos. Se debe transparentar, por ejemplo, cuántos militantes se requieren hoy para formar un partido político.
¿Tendremos una emergencia política de aquí al 15 de abril?
Pienso que sí. Y este tema se va a activar en las próximas dos semanas, ya que los actores políticos intentarán buscar una solución, una salida, ya sea por la vía de extender el plazo u otro mecanismo.
Lo que se ha instalado con más fuerza es la idea de ampliar el plazo.
¿Qué pasa con los partidos en la actualidad?
Los partidos, como los concebimos hasta ahora, una especie de partidos "container", que trataban de abarcar muchos ámbitos de la sociedad, ya no tienen cabida en nuestro sistema político. Es decir, partidos amplios, o tan ambiguos como el PPD, dejan de ser atractivos para las personas, porque son todo y nada a la vez.
Esa lógica de entender los partidos políticos es lo que hoy está en crisis. También está en crisis la forma en que funcionan, la manera como se relacionan con los ciudadanos. Y el PPD es un ejemplo paradigmático de esa crisis.
¿Esto supone el fin de los partidos de masas?
Sin duda. Es muy cierto lo que planteas. Los partidos contenedores que se formaron en la segunda mitad del siglo XIX, comienzo del siglo XX, que hasta hace poco conocimos, en la actualidad no tienen razón de ser. Se tiene que pensar en una nueva geografía, en un nuevo paisaje de partidos políticos, que funcionen de otra manera.
¿Esto implica la irrupción de nuevos partidos políticos, pero de nicho?
Exactamente. Estos serán partidos que se moverán en una lógica de ciudadanos intermitentes, porque la gente quiere participar, pero no de la manera como la hacía tradicionalmente. Su participación va a ser esporádica, puntual, y sin militancia.
En este plano, otro factor a considerar es que los partidos se han ido "gubernamentalizando". La principal función de los partidos hoy es ser representantes del gobierno, y no de los ciudadanos.
El concepto de partido como un continuo sociedad/Estado se ha diluido, ya que los partidos se han acercado más al Estado y alejado de los ciudadanos. A los partidos lo único que les interesa en la actualidad es ser gobierno, y por ende, representan los intereses del gobierno.
Esto es una contradicción, y es lo que le pasa al PPD. Este partido representa los intereses del Ejecutivo, que no necesariamente son los intereses de los ciudadanos.
Si las leyes de probidad y transparencia no fortalecieron a los partidos, ¿este debate se debiese instalar en la campaña presidencial?
Primero es honesto decir que estas leyes no fueron suficientes. Se colocó esta urgencia de fortalecer las colectividades, regular el financiamiento de las mismas, y los partidos se acoplaron a esa agenda sin haber discutido el tema de forma interna, como por ejemplo, debatir cuál era el sistema de partidos que más le convenía al país. No se hizo nada de eso.
Fuente: http://elmuro.cl/