Lunes 29 de Mayo de 2023
Este 2023 se cumplen dos décadas del laboratorio que ha servido —como otras experiencias de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura— para el estudio, la investigación y la academia.
El Laboratorio de Bioclimática (Labbio) surgió en 2003 como Laboratorio de Acondicionamiento Físico Ambiental por iniciativa de la arquitecta Gabriela Armijo, experta en arquitectura y medio ambiente. Inmediatamente inició sus actividades con una investigación aplicada al edificio Vicente Kovacevic I, con medición de instrumentos ambientales para determinar las condiciones de confort y uso de la energía. Posterior a ello se sumarían investigaciones, concursos y seminarios, entre otros; labores que se extienden hasta hoy, veinte años después, lideradas por la académica de la Escuela de Arquitectura y Paisaje, Paula Seguel. En estas dos décadas se ha consolidado como un espacio académico de aprendizaje a través de la instrumentación, experimentación e investigación para el desarrollo de habilidades y competencias en el área del diseño urbano- arquitectónico.
El principal enfoque de este espacio de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura ha sido la constante búsqueda y compromiso con la sustentabilidad, la bioclimática y el ahorro energético; la que se lleva a cabo a través de investigaciones (tales como nuevas tipologías de edificios sustentables, arquitectura vernácula, iluminación y evaluación posocupacional) y el quehacer académico, despertando el interés en el estudiantado para incorporar, sistematizar y profundizar los conocimientos en torno a la sustentabilidad ambiental y estrategias de diseño arquitectónico acordes a un enfoque bioambiental, primordial en el contexto de crisis climática actual.
Para estas misiones el Labbio cuenta con equipamiento que la propia profesora Seguel detalla como «los instrumentos de simulación manual, tales como túnel de viento y heliodón; instrumentos de medición ambiental, como termómetros, anemómetros, sonómetros, luxómetros y sensores térmicos; entre los principales e instrumentos de simulación digital que consisten en software térmicos (en proceso de habilitación). Con dicha instrumentación y modelación el estudiante puede evaluar sus proyectos, estableciendo una predicción evaluada (al inicio, durante y al final del proceso de diseño) para mejorar, proponer estrategias bioclimáticas y sustentables, explorar nuevas alternativas espaciales y de materialidad; siendo asesorado o capacitado en el uso de instrumentación para aplicar a sus proyectos, investigaciones o trabajos en terreno».
En estos veinte años se destaca la labor realizada en diversas actividades e investigaciones tales como: «Bioclimatismo y arquitectura de Sewell: Lecciones de un diseño adaptado al clima central andino», del Concurso Interno de Proyectos de Investigación y Desarrollo 2018-2019. Zona Climático-Habitacional Andina (An), Sewell (Chile); «Vivienda vernácula en Chile y su adaptación al entorno 2003-2018 natural. Elaboración de metodología para análisis cualitativo y cuantitativo. Generación de soporte digital participativo de recolección, divulgación y retroalimentación en red de casos de estudio» del Fondart Nacional 2017, Línea de Arquitectura-Investigación 2017-2018, Zona Climático-Habitacional Sur Extremo (SE), Coyhaique (Chile); y “Módulo Tendal» Construye Solar, del Concurso de Viviendas Sociales Sustentables 2016- 2017, Zona Climático-Habitacional Central Interior (CI), Santiago (Chile).
Cuentan también con «Confort ambiental en el patrimonio vivo de La Araucanía: La ruka lafkenche y el fogón pehuenche», Fondart Regional de la línea de investigación, Araucanía (Chile) 2013-2014, entre otras. Dicha labor es detallada en el artículo de la Revista Diseño Urbano & Paisaje, n.°42, bajo el título «Bioclimatismo hoy. Aportaciones y enfoques del Laboratorio de Bioclimática de la Escuela de Arquitectura y Paisaje, U. Central de Chile».
«Este año, de manera especial, continuamos la labor sumando la acción en territorios, con la adjudicación del Proyecto VCM "Modelo Bioclimático Territorial Educativo Experimental". Con base en un diagnóstico preliminar, este evaluará condiciones de habitabilidad para mejorar la calidad de vida y bienestar de un grupo de familias y, a su vez, educar y concientizar para lograr un hábitat y comunidades más sustentables», concluyó la encargada del Labbio, Paula Seguel.