En este estado de cuarentena, armar algunas rutinas establecidas nos facilitarán el regreso a clases.
Desde que se declaró el cierre temporal de los establecimientos escolares en nuestro país, a causa del Covid 19, se han desarrollado una serie de estrategias de parte del Ministerio de Educación y de los propios establecimientos, con tal que, niños y niñas eviten perder las dinámicas de aprendizajes, desarrollo de habilidades y actitudes propias de la educación formal. Si bien, la mayoría de los estudiantes hoy cuenta con un computador y conexión a internet, debemos considerar que hay un grupo que aún no lo tiene. Por otra parte, muchos de los padres y familiares que comparten con ellos, están haciendo todo su esfuerzo para apoyarlos en armar una rutina durante el día en casa.
En Chile no estamos acostumbrados al desarrollo del trabajo autónomo, poco se desenvuelve en un sistema escolar que ostenta una cantidad de horas exageradas en su currículo nacional, y como consecuencia, vemos estudiantes que regresan agotados de haber estado todo el día en el colegio. Por lo general, es más fácil que “me digan lo que tengo que hacer,” y así evito todo esfuerzo en tareas que resultan ser poco beneficiosas.
En este estado de cuarentena, armar algunas rutinas establecidas nos facilitarán el regreso a clases. En primer lugar, definir un horario para el día, el que deberá ser elaborado con el mismo estudiante en una hoja de cuaderno, block o en una aplicación del celular, acá lo importante es ir registrando las actividades como: la hora para levantarse; tomar desayuno y una lectura inicial de unos 10 a 15 minutos (en esta etapa es bueno que le preguntemos lo que les llamó la atención, qué personajes figuran, qué enseñanza le deja lo leído); luego, elegir una asignatura de las que más horas posee en el colegio (lenguaje, matemática, ciencias, historia); recurrir entre 35 a 40 minutos a la plataforma del Mineduc "Aprendo en Línea", según el contenido que se esté tratando en dicha unidad de la asignatura, ir a un receso de unos 15 minutos; regresar a la misma tarea anterior, o bien cambiar a una asignatura que potencie otro tipo de habilidades como: arte, música, tecnología o educación física (30 minutos por ejemplo). Así, sin querer nos damos cuenta que la mañana pasó “volando”.
Por la tarde, se puede aplicar la misma lógica de trabajo dosificando los tiempos según la realidad de cada familia. El resto del tiempo, permitamos que vean tv, realicen juegos de salón con los demás integrantes del hogar, dibujen o hagan ejercicio físico acorde a su edad y estado de salud.
Los niños siempre tienen disposición de hacer cosas, y en este contexto de estar en el hogar, es cuando más se puede desarrollar la creatividad en cada uno de ellos.