Miércoles 2 de Septiembre de 2015
La actividad, que se realizó en el edificio Vicente Kovacevic I y congregó a la comunidad universitaria, analizó el funcionamiento e investigaciones de la iniciativa.
Con la presencia de autoridades, académicos, estudiantes y público en general se desarrolló la charla ‘Observando el Universo Frío con ALMA’, del astrónomo Juan Rodrigo Cortés. La actividad fue organizada por la Dirección de Apoyo y Vida Estudiantil (DAVE) con el apoyo de la FEUCEN y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central.
En la oportunidad, el experto explicó funcionamiento, investigaciones y proyecciones de ALMA, además de hacer hincapié en los problemas ingenieriles que se han presentado y que aún persisten. “El proyecto ALMA tiene varios desafíos y la idea fue que los estudiantes conocieran esta forma de trabajo, además de todo lo que significa el trabajo astronómico en el país, que es propicio para la materia por sus características. Es muy bueno que las universidades se abran y den a sus estudiantes una mayor perspectiva, con charlas interdisciplinarias como ésta”, afirmó Cortés.
Por su parte Emilio Oñate, director de DAVE, aseguró que “esta actividad es parte de un ciclo de charlas que buscas contribuir en la formación integral de nuestros estudiantes, por eso tenemos contemplado seguir organizando eventos que apoyen transversalmente. Estamos muy contento de que nos visite Juan Rodrigo y con la alta asistencia e interés que despertó en la comunidad”.
Para finalizar el decano de la Facultad de Ingeniería, Néstor González, recalcó la importancia de abrir la perspectiva del trabajo ingenieril en los alumnos de FING. “Estas actividades que complementan disciplinas como la física y la ingeniería, aportan mayor conocimiento y permiten buscar alternativas de aplicación de las cosas que aprenden en sus cátedras. Eso es clave para complementar la formación que queremos darle a nuestros estudiantes”.
El proyecto ALMA cuenta con el radiotelescopio más grande del mundo, con una inversión económica cercana a los 1.500 millones de dólares y que permite la observar el nacimiento de estrellas, galaxias y planetas. Tiene una vida útil de 30 a 40 años y recién lleva dos.